El musulmán romántico
El musulmán romántico es aquel en quien la gente encuentra seguridad total respecto a sus propias personas, sus riquezas y su honor, en base a lo que dijo el Mensajero de Al-lah –la paz y las bendiciones sean con él–:
“El verdadero creyente es aquel que no perjudica ni los bienes ni las personas de los demás, ni con sus palabras ni con sus acciones”.
No sólo eso, sino que el musulmán romántico es aquel que ama el bien, hace el bien la gente y se esfuerza para que les llegue, sin esperar por ello compensación alguna, en base a lo que dijo el Mensajero de Al-lah –la paz y las bendiciones sean con él–:
“Guárdate de las cosas vedadas y serás la persona que más sirva a Al-lah; complácete con aquello que Al-lah te ha otorgado y serás la persona más rica; trata de la mejor manera a tu vecino y serás un [verdadero] creyente; y ama para la gente aquello que amas para ti mismo y serás un [verdadero] musulmán” (hadiz valorado como bueno por Albani).
El musulmán romántico es aquel que es justo consigo mismo, con su sociedad e incluso con sus propios enemigos, pues no toma cuentas a una persona por el mal que haya podido realizar otro. El Profeta –la paz y las bendiciones sean con él– solía enviar tropas musulmanas a los idólatras, aquellos que los habían maltratado, los habían expulsado de sus hogares o habían contribuido a ello, que asesinaron a sus compañeros y torturaron a quienes siguieron su religión, y les decía:
“Partan en el nombre de Al-lah”, [luego citó el hadiz donde dijo] “no maten niños ni mujeres ni ancianos. No resequen pozos ni talen árboles, excepto aquellos que les impidan combatir al enemigo o se interpongan entre ustedes y los idólatras. No se encarnicen con el cadáver de una persona o de un animal, ni traicionen ni se excedan” (transmitido por Albaihaqi).
El musulmán romántico es aquel que salvaguarda el medioambiente de su entorno y todos los seres vivos que hay en él y, por ello, no le gusta que esos seres sean maltratados. En una ocasión, el Mensajero de Al-lah –la paz y las bendiciones sean con él– pasó junto a un burro que había sido marcado con un hierro ardiente en su cara, entonces dijo:
“¿Acaso no saben que yo he maldecido a todo aquel que marque a hierro candente la cara de cualquier animal o lo golpee en ella?” (hadiz valorado como correcto por Albani).
El musulmán trata a los animales con dulzura y misericordia. ‘Aishah –que Al-lah esté complacido con ella– dijo:
“El Profeta –la paz y las bendiciones sean con él– solía limpiar el recipiente de la gata para que bebiese de él” (hadiz transmitido por Attabarani).
Igualmente, el musulmán protege las aves, no las asusta ni las caza sin necesidad. Ibn Mas‘ud –que Al-lah esté complacido con él– dijo: “En una ocasión nos encontrábamos con el Mensajero de Al-lah en uno de sus viajes. Él se apartó para realizar sus necesidades. Entonces, vimos un pájaro cardenal que tenía dos polluelos, y atrapamos los dos polluelos. Luego, vino el pájaro cardenal revoloteando sobre nosotros. Cuando vino el Profeta –la paz y las bendiciones sean con él– dijo:
“¿Quién ha hecho sufrir a este pájaro tomando sus polluelos? Devuélvanle sus polluelos”. En otra ocasión, el Profeta vio un hormiguero que había sido quemado y dijo: “¿Quién ha quemado esto?”. Unos dijeron: “Nosotros”. Entonces él dijo: “No es propio que castigue con el fuego sino el Señor del fuego” (hadiz valorado como correcto por Albani).
El musulmán romántico salvaguarda los lugares donde la gente se sienta y se reúne, por eso, no hace nada en ellos que impida que la gente aproveche esos lugares, como echar en ellos basura, suciedad o cosas similares, en base a lo que dijo el Profeta –la paz y las bendiciones sean con él–:
“¡Cuídense de dos asuntos que son causa de maldición: hacer las necesidades en los caminos de la gente o en los lugares donde la gente se resguarda del sol” (hadiz valorado como correcto por Albani).
El musulmán romántico es aquel que quita de en medio todo aquello que pueda ser perjudicial para el resto de las personas, en base a las palabras del Profeta –la paz y las bendiciones sean con él–:
“… quitar algo del camino que pueda provocar un daño, es semejante a dar una limosna” (transmitido por Abu Dawud).
El musulmán romántico protege todo aquello que pueda ser beneficioso para el medioambiente y el ser humano, como los árboles, en base a las palabras del Profeta –la paz y las bendiciones sean con él–:
“No cortes árbol que dé frutos ni mates ningún animal del que puedas obtener algún beneficio, y guárdate de hacer mal a cualquier creyente” (transmitido por Abu Dawud).
El musulmán romántico es aquel que llama a salvaguardar el medioambiente a través de la concientización sobre plantar árboles y mantener zonas verdes, de acuerdo con lo dicho por el Profeta –la paz y las bendiciones sean con él–:
“Si llega la Hora [del Juicio] y tienen en sus manos una planta, el que pueda plantarla antes de que se establezca la Hora, que lo haga” (hadiz valorado como correcto por Albani).
El musulmán romántico es aquel que protege el agua y no la contamina ni la ensucia. Yabir –que Al-lah esté complacido con él– dijo:
“El Mensajero de Al-lah –la paz y las bendiciones sean con él– prohibió que una persona orinase en el agua estancada” (transmitido por el Imam Muslim).
El musulmán se afana en proteger el agua y ofrecérsela a todo aquel que la necesite; por ello, no la retiene ni regatea en su precio, siguiendo así las palabras del Profeta –la paz y las bendiciones sean con él–:
“Las personas son copropietarios en tres cosas: los pastos, el agua y el fuego (recursos energeticos)” (transmitido por Ibnu Hayar).
Se esfuerza al máximo para salvaguardar sus fuentes naturales y el desarrollo de sus cauces, para que así las personas, los animales y las plantas se beneficien de ellas. No desperdicia el agua ni la gasta en vano y sin necesidad, ya que el Profeta –la paz y las bendiciones sean con él– en una ocasión pasó junto a alguien que realizaba la ablución y le dijo:
“¡¿Qué es ese despilfarro?!”. La persona preguntó: “¿Acaso se considera despilfarro usar mucha agua al realizar la ablución?”. El Profeta le dijo: “Sí, aunque la estés realizando en un río [no desperdicies el agua]” (transmitido por Albani).
Y, ya que se nos ordenó seguir al Mensajero Muhammad –la paz y las bendiciones sean con él– aquel que representa el súmmum del romanticismo en su concepto global y el buen trato con todas las criaturas que lo rodeaban, este seguimiento es un valor de fe en el que cree el musulmán y ansía realizarlo como una praxis real en su vida, con el fin de obtener la complacencia de Dios. Dice Dios –ensalzado sea–:
“Di: ‘Si verdaderamente aman a Al-lah, ¡síganme!, que Al-lah los amará y perdonará sus pecados’” (sura La familia de Imran: 31).
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Todos nosotros tenemos necesidades especiales. El Profeta –la paz y las bendiciones sean con él– se cuidaba a sí mismo para así aliviar las cargas de su familia y ayudarla. ‘Aishah –que Al-lah esté complacido con ella– fue preguntada sobre lo que el Mensajero de Al-lah –la paz y las bendiciones sean con él– hacía en su casa. Ella contestó: “El Profeta era un ser humano como los demás: remendaba su ropa, ordeñaba su ganado y se cuidaba a sí mismo” (transmitido por Addahabi).